martes, 27 de noviembre de 2012

DÍA 11: Haciéndome Un Mejor Amigo de Dios


DÍA 11: Haciéndome Un Mejor Amigo De Dios


Ya que fuimos restaurados a la amistad con Dios por medio de la muerte de Cristo cuando todavía éramos sus enemigos, ciertamente seremos liberados del castigo eterno por medio de su vida. Romanos 5:10 (NLT).


Dios quiere ser su mejor amigo.
Su relación con Dios tiene muchos aspectos: Dios es su Creador y Hacedor, Señor y Amo, Juez, Redentor, Padre, Salvador y mucho más (Salmo 95:6; 136:3; Juan 13:13; Judas 1:4; 1 Juan 3:1 Isaías 33:22; 47:4; Salmo 89:26).  Pero la verdad más asombrosa es ésta: ¡el Dios Todopoderoso anhela ser su Amigo!


Fuimos hechos para vivir continuamente en la presencia de Dios, pero después de la Caída, esta relación ideal se perdió. Sólo unas cuantas personas en los tiempos del Antiguo Testamento tuvieron el privilegio de tener amistad con Dios. Moisés y Abraham fueron llamados "amigos de Dios," David fue llamado "un hombre conforme al corazón de Dios" y Job, Enoc y Noé tuvieron amistades íntimas con Dios (Exodo 33:11, 17; 2 Crónicas 20:7; Isaías 41:8; Santiago 2:23; Hechos 13:22; Génesis 6:8; 5:22; Job 29:4). Pero el temor de Dios, no la amistad, era más común en el Antiguo Testamento.
Pero después, Jesús cambió la situación. Cuando él pagó por nuestros pecados en la cruz, el velo en el templo, que simbolizaba nuestra separación de Dios, fue partido desde arriba hasta abajo, para indicar que el acceso directo a Dios estaba otra vez disponible.


La amistad con Dios es posible solamente debido a la gracia de Dios y al sacrificio de Jesús. "Todo esto es hecho por Dios, quien a través de Cristo nos cambió de enemigos a sus amigos" (2 Corintios 5:18a).

Un viejo himno dice, "Qué amigo que tenemos en Jesús," pero en realidad, Dios nos invita a disfrutar de la amistad y la comunión de las tres personas de la Trinidad: nuestro Padre (1 Juan 1:3), el Hijo (1 Corintios 1:9), y el Espíritu Santo (2 Corintios 14:14)

Haciéndose Un Mejor Amigo De Dios


A través de la conversación constante. Nunca tendrá una relación íntima con Dios si sólo asiste a la iglesia una vez por semana o incluso si tiene un tiempo devocional diario. La amistad con Dios crece cuando comparte todas las experiencias de su vida con El.

A través de la constante meditación. Una segunda manera de establecer una amistad con Dios es pensar en Su Palabra durante el día. Esto se llama meditación, y la Biblia repetidamente nos insta a que meditemos en quién es Dios, qué ha hecho y qué es lo que ha dicho (Salmo 23:4; 143:5; 145:5; Josué 1:8; Salmo 1:2).


Un Punto Para Reflexionar: Dios quiere ser mi mejor amigo.

Un Versículo Para Recordar: "La amistad con Dios está reservada para aquellos que le dan reverencia." Salmo 25:14a

Una Pregunta Para Considerar: ¿Qué puedo hacer para que me acuerde de pensar en Dios y hablarle más seguido durante el día?






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