DÍA 15: Formado Para La Familia De Dios
Dios es el que hizo todas las cosas, y todas las cosas son para su gloria. El quiso tener muchos hijos que compartieran su gloria. Hebreos 2:10a (NCV)
Miren cuánto nos ama nuestro Padre celestial, porque él nos permite ser llamados sus hijos, ¡y eso es lo que realmente somos! 1 Juan 3:1 (NLT)
Fue formado para la familia de Dios.
Dios quiere una familia, y lo creó a usted para que fuera parte de ella. Este es el segundo propósito de Dios para su vida, el cual El planeó antes que usted naciera. La Biblia entera es la historia de Dios formándose una familia que lo ame, que lo honre y que reine con El para siempre. La Biblia dice, "Su plan inmutable siempre ha sido el de adoptarnos a su propia familia, al traernos a él por medio de Jesucristo. Y esto le dio gran placer" (Efesios 1:5).
Porque Dios es amor, El valora las relaciones. Su propia naturaleza es relacional y El se identifica a sí mismo usando términos relacionados con la familia: Padre, Hijo y Espíritu. La Trinidad es la relación que Dios tiene consigo mismo. Es el modelo perfecto de la relación armoniosa y deberíamos de estudiar sus implicaciones.
La invitación a ser parte de la familia de Dios es universal (Marcos 8:34; Hechos 2:21; Romanos 10:13; 2 Pedro 3:9), pero hay una condición: la fe en Jesús. La Biblia dice, "Todos ustedes son hijos de Dios a través de la fe en Cristo Jesús" (Gálatas 3:26). Su familia espiritual es mucho más importante que su familia física por parentesco porque la primera durará para siempre. Nuestras familias en la tierra son dones maravillosos de Dios, pero son temporales y frágiles, a menudo divididas por el divorcio, la distancia, la vejez e inevitablemente por la muerte. Por otro lado, nuestra familia espiritual – nuestras relaciones con otros creyentes – continuará por toda la eternidad. Es una unión más fuerte y un vínculo más permanente que las relaciones por parentesco. Cuando Pablo se detenía a considerar el propósito eterno de Dios para todos nosotros juntos, espontáneamente expresaba su alabanza: "Cuando pienso en la sabiduría y el alcance de su plan, caigo de rodillas y oro al Padre de toda la gran familia de Dios – algunos de ellos ya en el cielo y algunos todavía aquí en la tierra" (Efesios 3:14-15).
Los Beneficios De Estar En La Familia De Dios
En el momento en que usted nació espiritualmente en la familia de Dios, se le dieron unos asombrosos regalos de nacimiento: el nombre de la familia, la semejanza de la familia, el privilegio de la familia, el acceso íntimo de la familia ¡y la herencia de la familia! (1 Juan 3:1; Romanos 8:29; Gálatas 4:6-7; Romanos 5:2; 1 Corintios 3:23; Efesios 3:12; 1 Pedro 1:3-5; Romanos 8:17). La Biblia dice, "Como eres su hijo, todo lo que él tiene te pertenece" (Gálatas 4:7b).
El Bautismo: Identificándose Con La Familia De Dios
Las familias saludables sienten orgullo de ser familia; sus miembros no se avergüenzan de ser reconocidos como parte de la familia. Desdichadamente, he conocido a muchos creyentes que nunca se han identificado públicamente con su familia espiritual de la manera como Jesús lo ordenó – que fuesen bautizados.
El bautismo no es un rito opcional, que puede ser demorado o postergado. Significa su inclusión en la familia de Dios. Al ser bautizado anuncia al mundo, "No me avergüenzo de ser parte de la familia de Dios." ¿Ha sido bautizado? Jesús ordenó este hermoso acto para todos los que están en Su familia. El nos dijo, "Vayan y hagan discípulos de todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo" (Mateo 28:19). Su bautismo es una imagen física de una verdad espiritual. Representa lo que pasó desde el momento en que Dios lo puso en Su familia: "Algunos de nosotros somos judíos, algunos somos esclavos y algunos somos libres. Pero todos nosotros hemos sido bautizados en el cuerpo de Cristo por un Espíritu, y todos nosotros hemos recibido el mismo Espíritu" (1 Corintios 12:13).
El Mayor Privilegio De La Vida
La Biblia dice, "Jesús y las personas que él hace santas, todas pertenecen a la misma familia. Por eso es que él no se avergüenza de llamarlas sus hermanos y hermanas" (Hebreos 2:11). Deje que esa maravillosa verdad penetre su mente. Usted es parte de la familia de Dios, y porque Jesús lo hace santo, ¡Dios está orgulloso de usted! Las palabras de Jesús son muy claras: "Jesús apuntó hacia sus discípulos y dijo, 'Estos son mi madre y mis hermanos. Cualquiera que hace la voluntad de mi Padre celestial ¡es mi hermano y mi hermana y mi madre!'" (Mateo 12:49-50). Ser incluido en la familia de Dios es el honor más alto y el mayor privilegio que jamás recibirá. No hay nada que le llegue ni por cerca. Cuando se sienta que no es importante, que no lo aman, o se sienta inseguro, recuerde a quién es que pertenece.
Un Punto Para Reflexionar: Fui formado para la familia de Dios.
Un Versículo Para Recordar: "Su plan inmutable siempre ha sido el de adoptarnos a su propia familia, al traernos a él por medio de Jesucristo." Efesios 1:5a (NLT)
Una Pregunta Para Considerar: ¿Cómo puedo empezar a tratar a otros creyentes como miembros de mi propia familia?